Reseña: Memorias de un anarcosindicalista de acción


Memorias de un anarcosindicalista de acción
Paulino Díez Martín
Edicions Bellaterra, Barcelona, 2006
9 euros

Por último, vamos a hablar de la autobiografía de Paulino Díez. Su vida y sus memorias son el reflejo de toda una generación de militantes libertarios. En sus páginas abrazamos el peligro, la clandestinidad, el exilio, la guerra, la propaganda, la angustia, la aventura y sobre todo y por encima de todo, el amor por el Ideal. Este burgalés, nacido en 1892, aparece asociado a los momentos más cruciales del anarquismo y del anarcosindicalismo español: la huelga de la Canadiense, el desastre de Annual, el congreso de la Comedia, el de Zaragoza, etc. Asumió todas las responsabilidades que le pidió la CNT, fue secretario de la local de Barcelona, de la Regional de Andalucía, secretario general de la confederación. Su nombre aparece asociado al de otros gloriosos miembros de la Gloriosa: Buenacasa, Vallina, Durruti, Ascaso, Pestaña, etc. Conocerá junto a muchos de ellos, cárceles, deportaciones y exilios. Paulino Díez no sólo estuvo en los grandes momentos del anarquismo ibérico sino que también participó en momentos cumbres para el proletariado internacional. Organiza en la Habana la Federación de Grupos Anarquistas de Cuba, participando en la fundación del semanario Tierra, en el que colaborará. La Guerra Civil le pilla en la ciudad en la que más tiempo residió, Melilla. Durante ocho meses estuvo escondido sentado en una silla en un espacio de un metro cuadrado cubierto con una cortina. Su fuga de la ciudad norteafricana es digna de novela: asalto nocturno a un barco y dominación de su tripulación para alcanzar un puerto del Marruecos francés. En el exilio latinoamericano Paulino Díez siguió siendo un combatiente, un revolucionario, un rebelde convencido.

Sus memorias son de lectura agradable y nos pasean por décadas de lucha, por tanto muy recomendables.

Reseña: Memorias (1936-1938): hacia un nuevo Aragón


Pese a que el Movimiento Libertario es el gran olvidado de eso que llaman Memoria Histórica, la industria editorial ha descubierto el filón que suponen las memorias de muchos de los/as anarquistas. “Debemos buscar la salida de la autopista y apearnos de ella”, afirma siempre Antonio Orihuela. Con ese horizonte, la presente antología traza un espléndido recorrido por la obra de uno de los poetas contemporáneos más interesantes.

La parte mala de que editoriales ajenas a nosotros publiquen estas autobiografías es que los precios que ponen son altos, buscando la rentabilidad más que la difusión, la maquetación no suele estar cuidada, etc. La parte buena es que salen libros que a lo mejor no verían la luz. Libros sobre compañeros y compañeras que pese a toda una vida dedicada al Ideal pasan desapercibidos dentro del mundillo libertario. Es el caso de las tres memorias sobre las que vamos a hablar.

Memorias (1936-1938): hacia un nuevo Aragón
Joaquín Ascaso
Prólogo y edición a cargo de Alejandro Díez Torre
Prensas Universitarias de Zaragoza, Zaragoza, 2006
15 euros

En primer lugar las memorias de Joaquín Ascaso, quien fuera máxima figura del Consejo de Aragón y por tanto participante de lujo en el proceso revolucionario más característico del anarquismo ibérico: Las Colectividades de Aragón. Este libro está en nuestras manos gracias al trabajo de investigación de un gran historiador y amigo de nuestras Ideas: Alejandro Díez Torre. Además de ser quien recuperó el manuscrito original de Ámsterdam, es el autor de un excelente prólogo que nos sitúan la obra y el autor en su contexto.

A través de los ojos del primo del malogrado Francisco Ascaso vemos cómo se fue desarrollando el Consejo de Aragón, cómo estaba compuesto, cuáles fueron los problemas a los que tuvo que hacer frente acosado, no sólo por el fascismo que pugnaba por ocupar el Aragón liberado de sus garras criminales, sino también por el enemigo interior: el Estado aparentemente derrotado en julio del 36 que con los tanques de Líster quería imponer el Orden y la Ley.

Este libro es muy recomendable, más que eso, imprescindible para comprender un fenómeno histórico, hasta el momento sin parangón. También es necesario para conocer una tendencia del anarquismo hispánico que sería recomendable erradicar: el cainismo. Joaquín Ascaso, como otros muchos y muchas, tuvo que sufrir el escarnio de ser acusado de robo y encarcelado por ello. Esta acusación salida sin duda de bocas estalinistas tuvo por desgracia repercusión entre sus compañeros/as confederales.