Periódico cnt nº315, agosto-septiembre de 2055
Historia del campo de concentración de Miranda de Ebro (1937-1947)
José Ángel Fernández López
Edición del autor, Miranda de Ebro,2004
18,50 euros
Desde que Paquito el ranas muriera en 1975 (sí, ese caudillo con tanta afición a los pantanos) un velo de silencio cayó sobre los vencidos, que no perdedores, de la Guerra Civil. El pacto para que nada cambiara que firma-ron l@s hereder@s de la “egpaña” una, grande y libre y lo que llamaron Transición fue el tiro de gracia para quienes habían sufrido la represión durante los cuarenta años de dictadura franquista. Esta bonita democracia en la que vivimos se ha olvidado de quienes lucharon y murieron luchando contra el fascismo. Claro que cómo no iban a dejarles en el olvido si quienes pretenden gobernarnos son los mismos perros con diferente collar. Por todo ello siempre produce alegría y satisfacción que se publiquen libros relativos a nuestra memoria colectiva. Que saquen a la luz partes de ese capítulo negro de nuestra historia más reciente. Se trata de dos libros relativos a la represión franquista y a sus centros de exterminio. El primer libro es la Historia del campo de concentración de Miranda de Ebro (1937-1947), de José Ángel Fernández López. A lo largo de sus 504 páginas el autor, un historiador autodidacta trabajador de RENFE, nos relata los horrores y las miserias sufridas en el interior de ese campo de concentración. José Ángel Fernández ha dedicado los últimos veinte años a recopilar documentación y testimonios sobre lo que fue la vida y la muerte de miles de prisioneros: republicanos de toda índole, interbrigadistas, refugiados europeos durante la II Guerra Mundial y finalizada esta, soldados alemanes, nazis y colaboracionistas. Cada una de las 504 páginas que posee el libro es una razón para leer este libro. Su lectura no es solo un homenaje a quienes perecieron entre sus alambradas sino también a su autor. Alguien que ha dedicado toda una vida a devolvernos un pedacito de nuestro pasado con una pasión que no tienen todos esos historiadores que escriben al dictado de sus patronos.
Historia del campo de concentración de Miranda de Ebro (1937-1947)
José Ángel Fernández López
Edición del autor, Miranda de Ebro,2004
18,50 euros
Desde que Paquito el ranas muriera en 1975 (sí, ese caudillo con tanta afición a los pantanos) un velo de silencio cayó sobre los vencidos, que no perdedores, de la Guerra Civil. El pacto para que nada cambiara que firma-ron l@s hereder@s de la “egpaña” una, grande y libre y lo que llamaron Transición fue el tiro de gracia para quienes habían sufrido la represión durante los cuarenta años de dictadura franquista. Esta bonita democracia en la que vivimos se ha olvidado de quienes lucharon y murieron luchando contra el fascismo. Claro que cómo no iban a dejarles en el olvido si quienes pretenden gobernarnos son los mismos perros con diferente collar. Por todo ello siempre produce alegría y satisfacción que se publiquen libros relativos a nuestra memoria colectiva. Que saquen a la luz partes de ese capítulo negro de nuestra historia más reciente. Se trata de dos libros relativos a la represión franquista y a sus centros de exterminio. El primer libro es la Historia del campo de concentración de Miranda de Ebro (1937-1947), de José Ángel Fernández López. A lo largo de sus 504 páginas el autor, un historiador autodidacta trabajador de RENFE, nos relata los horrores y las miserias sufridas en el interior de ese campo de concentración. José Ángel Fernández ha dedicado los últimos veinte años a recopilar documentación y testimonios sobre lo que fue la vida y la muerte de miles de prisioneros: republicanos de toda índole, interbrigadistas, refugiados europeos durante la II Guerra Mundial y finalizada esta, soldados alemanes, nazis y colaboracionistas. Cada una de las 504 páginas que posee el libro es una razón para leer este libro. Su lectura no es solo un homenaje a quienes perecieron entre sus alambradas sino también a su autor. Alguien que ha dedicado toda una vida a devolvernos un pedacito de nuestro pasado con una pasión que no tienen todos esos historiadores que escriben al dictado de sus patronos.